La historia de las trabajadoras sexuales o escorts es una narrativa rica y compleja que se entrelaza con la evolución de las civilizaciones. A menudo denominada la “profesión más antigua del mundo”, esta actividad ha sido una constante en la sociedad humana, adaptándose y transformándose a través de las épocas. Este artículo busca explorar en profundidad la trayectoria de esta profesión, desde sus raíces antiguas hasta los desafíos contemporáneos, buena parte de esta información se puede encontrar en el libro “Sexo y Dinero: Brevísima Historia de la Prostitución” de Cordelia Callás.
Raíces Antiguas: El Trabajo Sexual Religioso
En la antigüedad, el trabajo sexual estaba intrínsecamente ligado a prácticas religiosas y rituales. En Mesopotamia, las sacerdotisas del templo de Ishtar, la diosa del amor y la guerra, participaban en rituales sexuales sagrados conocidos como “hierogamia” o “matrimonio sagrado”. Estas sacerdotisas, llamadas “quedesha” o “hieródulas”, se unían sexualmente con los fieles o con sacerdotes para simbolizar la unión divina entre Ishtar y su consorte, Tammuz, asegurando así la fertilidad y la prosperidad de la tierra y su gente. Los templos se financiaban gracias a estas donaciones o cuotas, por eso los historiadores lo consideran como prostitución de carácter religioso.
En la India antigua, algunas devadasis (literalmente “siervas de Dios”) eran dedicadas a templos y realizaban danzas y actos sexuales como parte de su servicio religioso a la deidad. Estas mujeres eran consideradas intermediarias entre lo divino y lo terrenal, y su trabajo sexual estaba imbuido de un profundo significado espiritual.
Grecia y Roma Clásicas: Hetairas y Lupanares
En la Grecia clásica, las hetairas eran cortesanas altamente educadas y respetadas que ofrecían compañía y servicios sexuales a la élite masculina. A diferencia de las prostitutas comunes, las hetairas eran conocidas por su ingenio, educación y habilidades en el arte de la conversación, además de su belleza. Aspasia de Mileto, amante de Pericles, es un ejemplo famoso de una hetaira que influyó en la política y la cultura ateniense.
En la Roma antigua, la prostitución era legal y regulada. Los lupanares (burdeles) eran establecimientos comunes en ciudades y campamentos militares. Las prostitutas romanas, o “lupas” (lobas), atendían a clientes de todas las clases sociales. Aunque la prostitución era una profesión despreciada, las prostitutas pagaban impuestos y tenían ciertos derechos legales.
Edad Media y Renacimiento: Regulación y Cortesanas
Durante la Edad Media en Europa, la actitud hacia el trabajo sexual se volvió más restrictiva debido a la influencia de la Iglesia Católica. Sin embargo, en algunas ciudades, las casas de prostitución eran legales y reguladas por las autoridades locales para prevenir la “fornicación desordenada”. Las trabajadoras sexuales eran a menudo segregadas en distritos específicos, como el famoso barrio rojo de Ámsterdam.
En el Renacimiento, las cortesanas en Italia gozaban de un estatus elevado, siendo amantes y musas de hombres poderosos, incluidos príncipes y papas. Estas mujeres, como Veronica Franco en Venecia, eran admiradas por su belleza, inteligencia y habilidades artísticas. Las cortesanas representaban un ideal de feminidad refinada y eran celebradas en la literatura y el arte de la época.
Siglo XIX: Regulación y Represión
En el siglo XIX, la Revolución Industrial y la urbanización llevaron a un aumento en la demanda de servicios sexuales en ciudades de Europa y América. La “Ley de Enfermedades Contagiosas” en el Reino Unido y el “sistema de reglamentación” en Francia intentaron controlar la prostitución mediante exámenes médicos obligatorios y la creación de burdeles estatales. Sin embargo, estas medidas a menudo resultaban en la explotación y el control de las trabajadoras sexuales sin abordar sus derechos o condiciones laborales, siendo más una forma de control y hostigamiento más que una preocupación de salubridad.
Siglo XX: Movimientos de Derechos y Cambios Sociales
El siglo XX vio el surgimiento de movimientos feministas y de derechos civiles que cuestionaron las normas sociales y legales sobre la sexualidad y el trabajo sexual. En la segunda mitad del siglo, algunos países comenzaron a despenalizar la prostitución y a reconocer los derechos de las trabajadoras sexuales. A pesar de estos avances, la estigmatización y la discriminación seguían siendo problemas generalizados.
Siglo XXI: Nuevos Desafíos y Perspectivas
En el siglo XXI, la tecnología ha transformado el trabajo sexual, con la aparición de plataformas en línea para la publicidad y la comunicación. Sin embargo, esto también ha traído nuevos desafíos, como la preocupación por la seguridad en línea y la explotación. Nos gustaría mucho escribir sobre el panorama actual del rubro, en internet existen muchos desafíos éticos y legales que no se pueden obviar.
Para terminar
La historia de las trabajadoras sexuales es una crónica de adaptación y resistencia. A lo largo de los siglos, estas mujeres han navegado por un mundo que a menudo las ha marginado y estigmatizado, mientras luchaban por su dignidad, derechos y reconocimiento. Entender su historia es esencial para abordar los problemas actuales y construir un futuro más inclusivo y justo para todas las personas que participan en este oficio.